jueves, 10 de julio de 2008

Mujeres de verdad...

Aunque todos no compartan mi opinión, soy un convencido que la Mujer tuvo, tiene y tendrá un papel vital en la vida de un hombre.

Desde mi experiencia personal de una u otra manera es la que puso la paz en mis días tormentosos, es la que pudo aplacar mis momentos difíciles, es la que casi siempre apaga mis incendios interiores y quizás la única capaz de hacerme cambiar mis errados conceptos existenciales.

Desde que nací mi vida se rigió bajo el mando de la mujer más importante en mi vida, mi Madre.

Luego al crecer mis sentidos se desarrollaban mas intensamente con la presencia de alguna fémina, que en algunos casos era mi maestra, pero casi en la mayoría de veces eran mis candidas compañeritas de aula.

Y es que no hay manera de protegerse de sus encantos, es algo que se mete por todos lados, una divina magia que te atrapa al estar junto a ellas.

Muchas veces el solo ver a la chica que me gusta, hace que me quede paralizado, impactado, anonadado y atontado apreciando cada detalle de su rostro, esa mirada sublime, el movimiento de sus cejas, la delicia de sus labios, la caída de su cabello y definitivamente el encanto de su sonrisa que provoca que se formen esos hoyitos en cada lado de su cara.

Si a eso le agregamos el rico aroma del perfume que de ella desprende y que llega directamente al cerebro, entonces estamos frente a un caso de hipnosis total.

Como no suspirar y derretirnos al mismo tiempo al escuchar melodías interpretadas por voces femeninas con ese “no se que” que hace que repitamos mil veces la misma canción.

Como no enamorarse de la deliciosa voz de Daniela Saettone del grupo Fuera del Resto , como no estremecerse con Gwen Stefani de No Doubt , como no cerrar los ojos y viajar a la luna escuchando cantar en vivo a Amaia Montero de España.

Díganme… ¿ a quien no se le escarapelo la piel al coger por primera vez la mano a su chica? , ¿Quién no celebro ese primer beso? , ¿Quién no la espero durante horas para solo verla 5 minutos? , ¿Quién no le dedico una balada melcochuda un 14 de febrero? , ¿Quién no le regaló un ramo de rosas, un peluche, una tarjeta o un keke en forma de corazón? , ¿Quien no la llamo de madrugada y colgó? , ¿a quien no se le detiene la respiración cuando recibe una llamada inesperada de ella? , ¿quien no sacrifico con gusto un sábado de juerga interminable o un viril domingo de intenso fútbol por estar junto a ella viendo cuenta melosa película romántica elijan? , ¿Quién no se alucino un experto Chef delante de ella sin siquiera saber freír un huevo, solo por impresionarla? , ¿Quién no lloro a mares, cuando todo con ella se acabo? ¿Quién no se encerró en su propia soledad ante su ausencia? , ¿Quién no dejo de comer durante días esperando inútilmente que regrese?

Bueno a mi , si me paso y muchas veces.

Es que se me hace muy difícil no caer rendido ante sus encantos.

Soy un declarado cursi templado del “amor” de una mujer.

A pesar que ellas, también saben impacientarnos con su actitudes poco maduras, a pesar de esa sicópata manía de pasar toda una tarde de compras, a pesar que te hacen participes de sus aburridas dietas, a pesar de sus inoportunas jaquecas, a pesar que se toman casi dos horas en cambiarse cuando prometieron demorarse solo 15 minutos, a pesar de sus profundas depresiones por haber subido solo un kilo de peso, a pesar de todo eso y mas , yo sigo apostando por ellas.

Son en realidad nuestro mejor complemento, nuestra mejor sociedad, nuestra media naranja.

No cambiaria por nada del mundo observar el amanecer junto a la Mujer de mis sueños, y poder ver su rostro al natural desde el primer momento del día y tratar de prolongar el momento eternamente.

martes, 1 de julio de 2008

UNA DECEPCION MAS QUE IMPORTA.

A pesar que tengo experiencia desde niño, hasta hoy me siguen doliendo las “decepciones amorosas”.
Cada vez estoy mas seguro que es mi punto débil, mi talón de Aquiles, mi lado flaco y cuanta frase exista para graficar lo mal que manejo mi vida en estas circunstancias.

Lamentablemente, resignado entiendo recién ahora que nunca aprenderé a superarlo de inmediato, que es un hecho que las semanas siguientes andaré como alma en pena, o que gastaré papel extra para secarme mis sufridas lágrimas.
Envidio la fuerza de otros que se tiran esa pena a la espalda y siguen adelante, y cuando menos lo esperan ya desaparece todo, o esos otros indiferentes de piedra que no son capaces de sensibilizarse ante la perdida inminente de un gran amor.


Mi primera “decepción amorosa” fue a los 10 años cuando una amiguita especial que se había convertido en mi inseparable compañía de cuarto grado, inesperadamente se retiro del colegio y sus padres no renovaron su matricula.
Fue la primera vez que sentí ese aire helado dentro de mí, que ahora que lo siento se me hace tan familiar…. ya que estaba empezando a conocer los primeros síntomas de esas depresiones del corazón.

Es que con ella habíamos realizado una especie de pacto sin firma , un compromiso sin contrato , una complicidad eterna de siempre estar juntos.
Nunca olvido esa vez que mis alcahuetes padres me llevaron a su casa, era sábado y solo me dejarían allí dos horas mientras ellos hacían compras.
Inmediatamente ella y yo nos miramos a los ojos y sabíamos lo que teníamos que hacer.
Empezamos jugando a las escondidas con su hermano, pero con un pequeño cambio en el juego, mientras el se escondía muy bien en el ropero, nosotros nos tomábamos todo el tiempo del mundo en buscarlo y aprovechábamos los minutos para seguir con esa picara complicidad.

Llego un momento en que me sentí seguro de ella, que nunca se iría de mi lado, que lo nuestro era para siempre. Eran sin duda mis pininos en esa mala costumbre que tengo de magnificar las cosas y pensar que todas mis relaciones de pareja tendrán un final feliz de telenovela mexicana.
Pero no , en ese cuarto grado al llegar al llegar al colegio dispuesto a vivir ese romance infantil , me di con la sorpresa que ella no estaba ahí , que se había ido del colegio para no volver jamás y lo que es peor se había mudado de casa sin dejar rastro alguno.
Fue mi primera gran decepción, mis primeras lágrimas de amor.

Después de 22 años nos volvimos a encontrar, fuimos con un grupo de amigos a almorzar, ella estaba bella como siempre, irradiando esa inconfundible alegría de madre de dos lindos niños y de 10 felices años de matrimonio radicando en Canadá.


Eran las vacaciones de verano, yo entraba a tercero de secundaria, la pasaba muy bien con mis primos en Salamanca y apareció ella.

Era baja, de cabellos negros, de piel canela, estudiaba con mi prima Mayi en el colegio y todas las tardes iba a visitarla en su gran bicicleta montañera.

Su rostro que irradiaba candidez y lo mucho que me gustaba, quizás hicieron que nunca sospeche que estaba próximo a mi segunda gran “decepción amorosa “.

Era común que todas las chicas que formaban su grupo se reúnan en la puerta de la casa a conversar, reír, chismear y piropear a cuanto buen mozo pasara por ahí. Ella no faltaba a la cita, llegaba muy temprano y se iba casi cuando caía la noche.

Desde las persianas del cuarto de mi tío Oscar, observaba todas las tardes sus movimientos, su risa , sus gestos y trataba de idear la manera mas casual de algún día ser parte de esas charlas de tardes soleadas y poder contemplarla por horas mirándola a los ojos.

Ya me la habían presentado, pero nuestras conversaciones eran esas típicas chunchas charlas de adolescente tímido que no pasaban de aburridos y rápidos monosílabos.

Pero yo tenia un plan para conquistarla, faltaban pocos días para su cumpleaños y era la primera vez en mi vida que pensé seriamente en mandar un gran ramo de flores y aunque el envío seria anónimo , no dejaba de emocionarme al imaginar su rostro recibiendo ese regalo por demás cursi.

La verdad nunca supe si en algún momento sospecho que fui yo el autor de ese gesto, lo único cierto es que lo recibió de muy buena gana.

Dos días después casualmente nos cruzamos en la puerta del Supermercado del barrio , y por primera vez la tenia frente a frente y pudimos intercambiar una intensa mirada , una mirada pura , una mirada que decía mucho , bueno al menos así lo sentí yo en ese momento y quiero seguir creyendo que asi sucedió.

Desde ese instante, creí en mi, supe que podía ser, que lo que pareció remoto podría darse en realidad y fue en ese momento que creí que ella sentía lo mismo que yo.

La fiesta de 15 años de una de las chicas del grupo , era la perfecta ocasión para hablarle de amor y no prolongar mas nuestro romántico encuentro.
Aunque a mi nadie me invito a la fiesta , igual me sentía como el invitado especial , como si yo fuera uno de los dos protagonistas de ese baile de amor.

Esa noche llegue con mi prima y con una gran ilusión a cuestas.

Al entrar lo primero que hice fue buscarla por todos lados, mientras se escuchaba ensordecedoramente RED RED WINE de UB40 , todos bailaban al ritmo de ese pegajoso Reggae tan de moda por esos días.

Cuando ya empezaba a desesperarme al no ubicarla por ningún lado, por fin la vi. , estaba allí en medio de la pista de baile , moviéndose al ritmo del VINO TINTO , bien abrazada de un moreno regordete que no le quitaba las manos de la cintura , yo aun no salía de mi asombro cuando empezaron a besarse un eterno minuto.

No recuerdo como termino esa noche para mi, solo se que pasaron varias semanas, para volver a ir a una fiesta sin tener en mis ojos esa imagen que hizo que termine mis vacaciones de verano, encerrado en mi cuarto sufriendo esa decepción.


Estas son solo dos de las tantas “decepciones amorosas” que me toco vivir, quizás son las mas suaves que recuerdo , por que supe batirme con situaciones mucho mas complejas que muchas veces modificaron de manera radical mi vida.

Es por eso que hasta el día de hoy, cuando siento ese aire helado en mi estomago se que se vienen días para olvidar.